viernes, 2 de enero de 2009

"La vida es el jardin de Dios, El decide llevarse las flores mas Bellas"



"Por siempre"

A Juan Gabriel Flores (por Teresa Viviana Flores)

Un cálido día de primavera, suavizado por una brisa fresca, una fuerza superior a tu propia voluntad; te despego de este mundo terrenal, en el que solo quedaba…un gran vacío sin vos.

Al principio no creímos que Dios decidiera llevarte, pero al transcurrir las horas temimos por nuestro dolor, porque quizás ya estabas listo y solo te reteníamos un poco más.

Es tan difícil aceptar que en este mundo existe la maldad capaz de causar este dolor y tantos otros, pero aún más incomprensible es que la fragilidad de nuestras vidas depende de un instante en el que se decide nuestra existencia.

Desde ese mismo instante comenzaron a brotar plegarias; recuerdos; lágrimas; temor e incertidumbre, que al llegar el desenlace menos deseado se transformaron en el primer gran choque con la realidad más cruel imaginable para nuestra familia.

Algunos pudieron expresarlo en sollozos, llanto, lamentos y hasta maldijeron esto tan injusto, otros guardaron su angustia en el alma demostrándolo tan solo en un rostro acongojado. Pero “todos” sentimos ese puñal que se llevo tu vida, pero dejó en nuestros corazones una cicatriz imborrable, que tampoco deseamos que lo haga, pues es el más doloroso pero también hermoso símbolo de que alguna vez por 26 años estuviste presente en nuestras vidas, aunque hubiésemos deseado que fueran muchísimos más.

Por eso solo te decimos “Gracias por haber existido, Gracias por haber compartido Tu Vida con nosotros”, la seguiremos manteniendo en la llama eterna de la memoria y del alma.

Te amamos mas allá de la distancia que ese día nos alejó y te seguiremos amando a la infinita distancia de la eternidad, que a partir de entonces te separó de lo terrenal, pero también te acercó a la absoluta cercanía de nuestros corazones.

Aunque los ojos aún estén húmedos, hinchados y hasta doloridos por mucho tiempo más, cada gota de este dolor; cada gota de tu sangre y de nuestra sangre hermanada, merece recordarte, porque la pureza de tu espíritu lo requiere.

Este duelo durará todo lo necesario para purificar esta pena impensada, pero vos no te aflijas Juan Gabriel también es un poco de egoísmo, porque ya no disfrutaremos en lo tangible de tus locuras, tus ocurrencias, tus sonrisas, tus esfuerzos… en fin de todo vos, y con el tiempo aprenderemos a quererte cada vez más.

Adiós Juan Gabriel Flores, hasta el día en que la vida decida reunirnos de nuevo, resignando la materia por el espíritu.

Te amamos por siempre. Tu familia.

Diciembre de 2008
A un mes de su encuentro con Dios.