Con el alma desgarrada y los ojos amoratados
Por la bofetada que nos dio la vida
Es preciso dejar que fluya, que se libere, que mane
Tanto dolor como seamos capaces de soportar
Aunque la vida se inunde de dolor y se desborde por dentro
Como su sangre que como un rio fluyo hacia la eternidad
Naciendo este dolor tan grande,
Que solo puede ser fruto de un inmenso amor,
Tan humano pero también de raíz divina.
Hoy la esencia ya no es la misma
Porque el orden fue alterado
Por un corte profundo
En el que las fibras del alma
Quedan conmovidas para siempre.
Como se expresa tanto sentimiento
Como se expresa tanto dolor
Como se exterioriza lo que cada célula grita
Pero el cuerpo calla
Y calla porque es incapaz de abarcar
Lo que en su interior abunda.
Los designios de Dios fueron incuestionables
Hasta el día que ante miles de plegarias
El padre, nuestro padre celestial
Corto la flor más bella de nuestro jardín
Y se llevo al Flores más puro
Quizás para adornar la eternidad.
Tenemos muchas esperanzas
Porque un nuevo intermediario
Nos ayudara a cambiar y a realizar los sueños
Esos sueños que el mismo cobijo en su corazón
Y que fueron el motor de su vida
Solo esperamos que el gran sacrificio de perderlo
Sea compensado con creces
Al mirar al cielo, nos preguntamos
En que lugar de ese espacio infinito esta su alma
Y lo buscamos, pero lo encontramos en todos lados
En recuerdos imprecisos, en momentos fugaces, en alegrías
En esperanzas truncas, en una oportunidad,
En horas compartidos donde lo conocimos en esencia,
Tan especial como era
Y crecen las ganas de estar cerca de él
Porque haberse ido y por lo que nos dejo
Y seguimos extrañándolo
En todo tiempo y espacio en el que el estaría
O pudiera haber estado.
El golpe es tan fuerte
Que te abre los ojos frente a un mundo despiadado
Que no perdona defectos ni virtudes
No diferencia entre un jardín y un desierto llano y resquebrajado
Que nos iguala al nivel más doloroso.
Una vida tan valiosa como la suya
No puede quedar sin recompensa
Ahora es un ángel que nos acompaña desde el cielo
Que un día le concedió el alma y un día lo rescato
Para convertirlo en un obsequio de la vida
Para enfrentar la muerte y como la
estrella mas brillante
En esa noche de equinoccio
Iluminarlo todo con su simple sonrisa.
Viviana Flores