miércoles, 2 de septiembre de 2009

RENACER DEL DOLOR...

Con el alma desgarrada y los ojos amoratados

Por la bofetada que nos dio la vida

Es preciso dejar que fluya, que se libere, que mane

Tanto dolor como seamos capaces de soportar

Aunque la vida se inunde de dolor y se desborde por dentro

Como su sangre que como un rio fluyo hacia la eternidad

Naciendo este dolor tan grande,

Que solo puede ser fruto de un inmenso amor,

Tan humano pero también de raíz divina.

Hoy la esencia ya no es la misma

Porque el orden fue alterado

Por un corte profundo

En el que las fibras del alma

Quedan conmovidas para siempre.

Como se expresa tanto sentimiento

Como se expresa tanto dolor

Como se exterioriza lo que cada célula grita

Pero el cuerpo calla

Y calla porque es incapaz de abarcar

Lo que en su interior abunda.

Los designios de Dios fueron incuestionables

Hasta el día que ante miles de plegarias

El padre, nuestro padre celestial

Corto la flor más bella de nuestro jardín

Y se llevo al Flores más puro

Quizás para adornar la eternidad.

Tenemos muchas esperanzas

Porque un nuevo intermediario

Nos ayudara a cambiar y a realizar los sueños

Esos sueños que el mismo cobijo en su corazón

Y que fueron el motor de su vida

Solo esperamos que el gran sacrificio de perderlo

Sea compensado con creces


Al mirar al cielo, nos preguntamos

En que lugar de ese espacio infinito esta su alma

Y lo buscamos, pero lo encontramos en todos lados

En recuerdos imprecisos, en momentos fugaces, en alegrías

En esperanzas truncas, en una oportunidad,

En horas compartidos donde lo conocimos en esencia,

Tan especial como era

Y crecen las ganas de estar cerca de él

Porque haberse ido y por lo que nos dejo

Y seguimos extrañándolo

En todo tiempo y espacio en el que el estaría

O pudiera haber estado.

El golpe es tan fuerte

Que te abre los ojos frente a un mundo despiadado

Que no perdona defectos ni virtudes

No diferencia entre un jardín y un desierto llano y resquebrajado

Que nos iguala al nivel más doloroso.

Una vida tan valiosa como la suya

No puede quedar sin recompensa

Ahora es un ángel que nos acompaña desde el cielo

Que un día le concedió el alma y un día lo rescato

Para convertirlo en un obsequio de la vida

Para enfrentar la muerte y como la

estrella mas brillante

En esa noche de equinoccio

Iluminarlo todo con su simple sonrisa.


Viviana Flores


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